sábado, 21 de agosto de 2010

tercer akelarre Sech




La Sociedad de Escritores de Chile les invita a la tercera sesión de su Ciclo de Poesía y Performance “Brujas en las letras y un Encantador”.


En tiempos de la Inquisición, los cazadores de brujas eran conocidos como "punzadores", debido a que su trabajo consistía en detectar marcas diabólicas en los cuerpos de las acusadas. estas podían ser cicatrices, manchas de nacimiento, huellas de quemaduras o heridas, incluso lunares, que al ser pinchados con una aguja, no sangraban o la afectada no daba muestras de dolor. Aquel examen era suficiente para detectar a toda bruja en cualquier etapa de su vida. Así es posible encontrar brujas de pocos años que fueron a la hoguera con sus madres y seguramente sus muñecas y mascotas. Ocurría a veces que no se encontraban marcas visibles en alguna sospechosa y en ese caso bastaba el relato de testigos o la inspección de marcas invisibles, en lo cual eran expertos. Como se trataba de un trabajo, recibían un pago por cada pieza cazada. Se cuentan casos en que un sólo punzador entregó a las autoridades una cifra superior a doscientas brujas. Sus honorarios, libres de impuesto, alcanzaron los veinte chelines por cada víctima. Había tantos punzadores en tránsito por pueblos europeos, que a veces debían pelearse las candidatas a brujas para lograr abultar el monedero.

Las mujeres tenemos una larga historia que nos ha retratado huyendo de punzadores, cazadores, lapidadores, torturadores y femicidas.

Hemos tenido que aprender a ser brujas para resistir.

El viernes, el público podrá conocer un conjunto de magas poderosas usando en plenitud sus facultades creadoras... y habrá grandes sorpresas.

Las puertas estarán abiertas y como siempre la entrada será liberada, pero hemos instalado alarmas antipunzadores. La Casa del Escritor no se hará responsable si los insistentes cazadores terminan convertidos en el picadillo para acompañar la pócima de honor.


Lila Calderón
Directora de Cultura
Sociedad de Escritores de Chile